“La
ética no es otra cosa, que la reverencia por la vida”
Albert
Schweitzer
<La ética es la parte de la filosofía que trata de la moral de los actos humanos, que permite calificarlos como buenos o malos>
Pero la ética
no es sólo eso. También comprende el uso de la razón, el pensamiento y el
enfrentamiento de valores considerados positivos o negativos ante determinadas
circunstancias. La ética y bioética invita a pensar, a ver más allá de lo
corriente y a cuestionar lo que por naturaleza humana es incuestionable.
También es capaz de generar consciencia social y permite comprender que existen
tantas visiones de mundo como personas existen en la Tierra.
Es por ello que la bioética se encarga de enseñar el cómo se debe comportar una persona en la vida en general. Entrega las herramientas para ser mejores personas y lo más importante, otorga la capacidad de actuar correctamente frente a situaciones en que existen discrepancias en cuanto a su solución.
Lo importante es recordar que el ser humano no está solo en el mundo, sino que debe convivir con una serie de individuos, ya sea de su misma especie o no, que contribuyen, en cierta manera, a su desarrollo como ser social. Por lo tanto resulta un requisito fundamental saber actuar frente a los diversos problemas y dilemas que puedan presentarse. Para ello el hombre debe ser consciente de su existencia y de su capacidad para cambiar el mundo en que vive.
Es por ello que la bioética se encarga de enseñar el cómo se debe comportar una persona en la vida en general. Entrega las herramientas para ser mejores personas y lo más importante, otorga la capacidad de actuar correctamente frente a situaciones en que existen discrepancias en cuanto a su solución.
Lo importante es recordar que el ser humano no está solo en el mundo, sino que debe convivir con una serie de individuos, ya sea de su misma especie o no, que contribuyen, en cierta manera, a su desarrollo como ser social. Por lo tanto resulta un requisito fundamental saber actuar frente a los diversos problemas y dilemas que puedan presentarse. Para ello el hombre debe ser consciente de su existencia y de su capacidad para cambiar el mundo en que vive.
Posee la materia prima necesaria para optar
a un bien mayor y en lo posible a un bienestar colectivo, basándose en
principios como la justicia y la libertad. Este bien mayor será denominado como
felicidad.
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